HAY INTERESES EN LA TEC.
Y CONFLICTOS DE INTERESES.
Y CONFLICTOS DE INTERESES.
Hay enormes conflictos de intereses entre los psiquiatras, los fabricantes de máquinas de TEC y los reguladores del gobierno.
La cara de estos conflictos es Harold Sackeim, un psicólogo y promotor líder de la TEC, que ha recibido decenas de miles de millones de dólares de los fabricantes de las máquinas de TEC y al menos 9 millones de dólares en subvenciones del gobierno para “investigar” la TEC.
Sackeim y su benefactor, el psiquiatra del Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés) Matthew Rudorfer, son tan cercanos que escribieron en conjunto un capítulo de un libro de texto de la TEC.
También en el NIMH está la psiquiatra Sarah Lisanby, una jefa de la división de investigación que ha tenido vínculos financieros con diez fabricantes de dispositivos psiquiátricos.
El psiquiatra Richard Weiner, el psiquiatra líder que eliminó el daño cerebral del formulario de consentimiento de TEC de la APA, también ha sido un consultor pagado para los dos más grandes fabricantes de máquinas de TEC estadounidenses, uno de los cuales es propiedad del psiquiatra del electrochoque, Richard Abrams. El reporte sobre la TEC de la Fuerza Operativa de la APA citó más de 60 artículos de Abrams.
Además, todos estos jugadores clave en esta enredada red son miembros del consejo editorial de una importante publicación psiquiátrica sobre el electrochoque, The Journal of ECT.